¿Oxidada?
Ella dijo: ECHATE ACEITE..pero sobre todo EN EL CORAZÓN.
Mi memoria llena de recuerdos, sucumbió. Mi elemento de razón palideció pero mas importante aún ,mi espiritú renacio. Reacio de sufrir, de perder, de dar, miedoso y tembloroso huyó. Se fugo y no hice nada por detenerlo, por detenerme. La falta de espiritú llego a cubrirme con sus aires de un falso triunfo, logrando error tras error, consintiendome todos mis caprichos, alentandome a perder la verdad. Un hombre sin verdad vale menos que un hombre sin palabra, pues no distingue de falacias y responde como por impulso animal a los trucos circenses comandados por el látigo, el inmeso látigo representando a la mentira que se convirtió tu vida. Quizá por eso el espejo ahora rie a carcajadas de su propio reflejo. Llega el momento del tiempo, aparece con exactitud y la nube de polvo y gas interestelar se va dispersa por el ducto de la memoria. La palabra te sacude y se funde en todas tus fibras hasta tocar el corazón, capas y capas de ese óxido provocado por la ausencia, porque decidiste vagar de remo en remo hasta la inmensidad de ese tórrido mar que te envolvio en pasiones fugaces de un ayer que se perdió. Resurge de las olas y bañate en el aceite de lo importante que es ser eterno, eterno en ti, eterno en el verdadero amor que sigue esperando el arrivo de tu espiritú.
Para tí.